Canon EOS 1D X Mark III – Prueba de autonomía

Cuando diseñaba mi web y la iba pensando, me iba imaginando cómo quería que fuera. Desde el principio quería tener un apartado en el que pudiera escribir sobre cosas diversas relacionadas con la fotografía, ya fueran viajes, experiencias y anécdotas o equipos fotográficos. 

Hoy, vengo a hablaros sobre una cámara que tenía muchas ganas de poder probar, la Canon EOS 1D X Mark III. Y en concreto, quiero hablar de la autonomía que tiene. 

Actualmente, mi primer cuerpo es una 1D X Mark II es decir, el modelo anterior. La serie 1 de Canon ha sido siempre el buque insignia de la marca y es una cámara resistente pensada para la fotografía deportiva y de naturaleza. 

Para empezar a hablar sobre la cámara, como siempre, voy a explicar una pequeña historia y poneros en situación. 

Hace unas semanas me fui al pueblo de mi amigo Simón con él. Este pueblo se ubica en pleno pre-Pirineo catalán y hay naturaleza por todos lados. Me llevé algunas cámaras de fototrampeo y, en apenas dos noches conseguí sacar una gineta, dos zorretes y un par de garduñas (especie que me faltaba). La segunda noche decidí, en uno de los sitios, montar la barrera de infrarrojos. Desde el final del pueblo, que hay un mirador y se ven varias de las montañas que hay en los alrededores, podíamos vigilar el sitio justo donde dejé la cámara y los flashes. Vimos los flashes saltar 4 o 5 veces así que decidimos ir a chequear la cámara para ver qué había entrado y si hacía falta corregir encuadre, iluminación, etc… Había fotos de la gineta y la garduña, así que dejamos la cámara toda la noche pero con una velocidad de obturación lenta para que saliera también el paisaje. 

(Fotografía hecha con la Canon 7D)

Por la mañana fuimos a recoger todo el chiringuito y había sido un festival, las dos especies habían vuelto a entrar y el zorrito también se había animado.

Al cabo de un mes, cuando Canon España me dejó la 1D X Mark III, Simón y yo nos volvimos a subir a su pueblo. Hay que decir que cada vez que estamos allí nos montamos buenas barbacoas, así que lo de probar la cámara era una buena excusa para subir jejeje.

Esta vez, la primera noche ya monté la cámara y volvieron a entrar la gineta y el zorro, aunque como era un escenario muy grande (el mismo que el de la primera vez) los animales no se centraban tanto en un sitio. La cámara tampoco me hizo demasiadas fotos (unas 270 en la sesión) y muchas salieron desenfocadas y con el animal de culo porque entraban desde el lado de la cámara. 

Cargué las baterías por la mañana. Un poco antes del medio día vimos un par de buitres parados así que me acerqué un poco para hacerles alguna fotillo entre desenfoques.

Volvimos a casa y, desde el mismo patio, a la hora del vermut, me dice Simón: ¡mira, mira! 

Yo que estaba tumbado en la hamaca, me giro, miro hacia la montaña y veo una pareja de Reales volando bastante cerca. Disparé unas cuantas ráfagas y así de paso probaba el enfoque de la cámara.

Para quien no lo sepa, la 1D X Mark III lleva un modo de Af que es automático. Con este modo, lo que hace la cámara es que, de serie, tiene registradas un montón de situaciones de enfoque para que cuando estés enfocando, la cámara busque situaciones parecidas y optimice la velocidad en la que logra, o bien enfocar o bien seguir al sujeto. Además tiene una cosa en la que fue pionera que es el deep learning, que se trata de, para que me entendáis, el paso previo a la inteligencia artificial jejeje. Si la situación que estás enfocando no la tiene registrada, en ese momento la registra. Así, si en un futuro te vuelves a ver en las mismas, la cámara te enfocará aun más rápido. Es decir, que esta cámara tiene memoria! 

Pero bueno, que me voy por las ramas, después de soltarle unas buenas ráfagas a las reales, a algunos buitres que pasaban por allí también y algunas al cielo sin nada, solo para ver si realmente puede hacer más de 1000 RAW sin llenarse el buffer (que por cierto, es verdad jajaja) me planté en unas 4000 fotos y un 70% de batería más o menos… y por la noche tenía que intentar la foto buena… 

Como no me gusta maltratar las baterías y no iba a dejar la cámara toda la noche, no volví a cargar la batería antes de la sesión. Y me fue de poco…

Monté la barrera con la 1 y el Canon EF 8-15mm ojo de pez. Pero esta vez lo hice a unos 35 metros de donde la noche anterior, en la salida de una cueva grande. Hacia las 19:00h acabé de montar y de hacer las pruebas de luz y nos fuimos para casa a cenar y ver el pasapalabra. 

Pues bien, hacia las 12 de la noche (es decir, a las 5h) nos fuimos a recoger (esta noche sin haber visto ni un flashazo). Cuando llegamos allí, me meto en la cueva para coger la cámara y veo que ha entrado la gineta y que la cámara está al 17% con 8000 disparos. Recordemos que Canon y CIPA dan una cifra de 2800 disparos aproximadamente por carga de batería… No está nada, nada mal, ¿no? En 5 horas de sesión contínua más 3600 fotos de la gineta y todavía le quedaba un 17% de carga…

(Captura de pantalla en el Lightroom. Como podéis ver en la cuadrícula empiezan por el número 1 y en la barra de abajo va por la 3500)

La gineta estuvo allí un montón de rato comiendo lo que le había dejado y la cámara sacando humo, ya os podéis imaginar, 16 fotos por segundo… Fue una impresionante sorpresa, tanto por el descaro del animal, como por el rendimiento de la cámara. 

Parece que no soy el único al que le gusta este camarón jejeje 

Bueno, después de esta última broma con la gineta subida en la 1D X Mark III, 

espero que os haya gustado la entrada y sobre todo las fotos!!

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