Llevo tiempo queriendo hacer una entrada sobre este tema, pero no sabía cuándo hacerla ni dónde publicarla. En estos días de confinamiento, que los animales están un poco más tranquilos y aprovechando que he podido acabar del todo la web, creo que es el mejor sitio y momento para sacarla a la luz.
Desde hace algunos años he estado haciendo fotos de fauna que se encuentra en las carreteras, ya sea de forma temporal (como por ejemplo los anfibios que salen las noches de lluvia), de forma obligada (mamíferos que necesitan cruzarla para conseguir comida o simplemente porque se encuentra en su territorio) o de forma periódica como una fuente de comida fácil (carroñeros que se aprovechan de otros animales que han sido atropellados).

Y es que, las carreteras suponen un constante peligro para todos los grupos de animales continentales, tanto un caracol como un lobo pueden morir o sufrir lesiones por culpa de un coche, un camión o una moto. Desgraciadamente es un problema que se da en todo el mundo y, tristemente, no es ninguna sorpresa ver animales que han perdido la vida en el asfalto…
En febrero del año pasado fui con mi padre dos semanas a la cordillera Cantábrica. El objetivo principal era intentar hacer fotos de gato montés pero no tuvimos mucha suerte y únicamente vimos uno. Nos lo encontramos en un campo cerca de la carretera comarcal y aparcamos el coche en un camino que había justo enfrente. Mientras estábamos haciéndole fotos empezó a dirigirse hacia la carretera para cruzarla e ir hacia el monte.
Pues bien, justamente cuando se empezaba a asomar, pasó un coche por delante de nosotros (estábamos un poco retirados, a unos 70 metros de donde iba a cruzar el animal). El gato continuaba caminando y el coche seguía a la misma velocidad. A través del visor vi como el coche frenaba un poco, pero el gato seguía hacia adelante y lo único que se me ocurrió a mi fue silbar lo más fuerte que pude para así asustar al gato montés y que retrocediera un poco (momento de la foto). Obviamente todo pasó muy rápido, y tanto mi padre como yo nos asustamos un montón. Unos segundos más tarde, el gato cruzó y subió hacia la montaña. Menos mal que en este caso tan solo quedó en un susto muy grande.

A raíz de esto pensé ya en esta entrada y decidí que en verano iba a contar todos los animales vertebrados muertos que viera en la carretera, para así, aprovechando el trabajo fotográfico que he ido haciendo durante los años, pudierais ver el peligro real que suponen las vías de tráfico para la fauna.
Como os he dicho, los datos que vais a ver a continuación están recogidos en un periodo de tres meses aproximadamente, de junio a setiembre de 2019.
En junio, con el final de la universidad, me fui con mis abuelos y Sandra, de nuevo a la cordillera Cantábrica, al pueblo de donde es mi madre. Desde mi casa, aproximadamente hay unos 900km. Y por allí, durante todo julio, hice unos 2500km más. En este intervalo conté un total de 40 animales que habían perdido la vida en la carretera. Entre ellos había martas, ginetas y víboras de seoane.
Después de esto me fui con unos amigos de viaje a Marruecos, el avión salía desde el aeropuerto de Madrid, y desde Fabero (el pueblo de mi madre) a la capital conté otros 8 animales atropellados.
En Marruecos, donde estuvimos 11 días e hicimos, aproximadamente, unos 2000km, vimos 14 animales atropellados. La mayoría de ellos eran mamíferos, aunque también había reptiles y aves.

Después de esto, estuve unos días por Barcelona y hacia finales de agosto, me fui con Sandra a visitar Suecia y Noruega. Era un viaje mixto, es decir, íbamos a hacer la mitad del viaje dedicado al turismo por los fiordos y las ciudades nórdicas y la otra mitad a ver la fauna típica de estos países. Esto se traduce en más de 2000km por carretera y un total de 15 animales muertos, entre ellos una nutria, 3 zorros y un tejón.
Además de estos tres viajes largos, en pequeñas excursiones hechas por Cataluña vi una suma de otros 20 animales muertos, entre ellos una culebra verdiamarilla.
Los datos son bastante alarmantes y si hacéis la suma veréis la magnitud del problema. Como he dicho antes, estos datos únicamente reflejan aquéllos animales que yo vi atropellados de junio a setiembre, y si lo sumamos salen un total de 97 animales vertebrados muertos.

Sé que es muy difícil que la situación cambie, pero todos podemos poner un poco de nuestra parte y conducir respetando los límites de velocidad e incluso aflojar en carreteras de montaña o cuando conduzcamos al ocaso, durante la noche o al amanecer. También hay que tener mucho cuidado las noches de lluvia ya que los sapos y salamandras cuestan mucho más de ver.
Cuando acabe el confinamiento, y con él el coronavirus (esperemos que pronto), todos vamos a tener muchas ganas de escaparnos a nuestros sitios preferidos, pero id siempre muy atentos y vigilando, ¡que no queremos que los pobres animales lo paguen con sus vidas en las carreteras!
¡¡Espero que esta entrada os haya servido para ver que nuestras vidas no son las únicas que corren peligro cuando cogemos el coche y que me ayudéis a que llegue a más gente compartiéndola en vuestras redes!!
¡¡Un saludo!!